martes, 25 de octubre de 2011

A la Patagonia en Renault Gordini

Nuevamente encaro rumbo sur y la Patagonia nos espera con sus maravillas, con sus rutas desoladas y los cientos y cientos de quilómetros de absolutamente nada. Nos espera con esas montañas punteagudas, que alardean de sus picos nevados desde alturas inimaginables y que desafían a cualquier que se anime a mirarlas de cerca.
Esta vez, nuestro vehículo sérá un Renault Gordini modelo 1962 recién restaurado. Un auto que cuatro meses atrás, se perfilaba a ser parte de un desarmadero, volvió a la vida de la mano de mi compañero Matías(el Tolo) y hoy 25/10 después de incontables idas y venidas, pudo ser asegurado con la oblea de la Verificación Técnica Vehicular firme en el parabrisas.
Este proyecto comenzó un 29/09, casi un mes atrás, cuando mientras daba los primeros suspiros de regreso en Argentina, me decidí a ir a visitar a mi compañero a su casa. Las anécdotas de mi viaje eurasiático se terminaron perdiendo en esa nueva propuesta que se hará realidad mañana 26/10 ¿Cómo está el Godini?¿Lo ves para salir a la ruta? Sí, de motor ya está perfecto, faltaría hacerle el tren delantero y agregarle algunos detalles, como cinturones de seguridad, para que me puedan dar la VTV.
"Mirá Tolo, yo estaba pensabdo en comprar una chatita VW, pero si te animás, yo te ayudo y salimos con el Gordini para fin de mes".
 A partir de ese día, mi llegada se vio acompañada por la nueva partida en puerta, por el segundo tramo de mi vida después de la renuncia(como me gusta llamarla). Esta vez, en plena primavera, partimos en un auto que tenemos fe llegará a lo más profundo del Parque Nacional Los Glaciares en la provincia de Santa Cruz; me refiero a ese pequeño pueblo que no supera los 26 años de antiguedad, a ese pueblo que tiene como vigilantes al Monte Fitz Roy y al Cerro Torre, a ese pueblo llamdo El Chaltén.
Iniciaremos el trayecto en la ruta nacional 5 y una vez llegados a Santa Rosa en La Pampa, tomaremos dirección sudoeste hasta llegar a Neuquén. Desde ahi, seguiremos tomamos sentido sur hasta la confluencia de los ríos Traful y Limay, unos 60 km antes de Bariloche, más conocido como Valle Encantado(paraíso de escalada deportiva). Esperamos llegar a ese lugar en unos 4 días aproximadamente, y quedarnos acampando ahi mismo unos 4 días más, los que utilizaremos únicamente para escalar y vagabundear.
Desde ese punto, la ruta 40 será nuestra única compañera en el cruce de las provincias de Rio Negro, Chubut, y Santa Cruz, pasando por lugares como Bariloche, el Bolsón, el Parque Nacional Los Alerces, Esquel, Los Antiguos, Bajo Caracoles y finalmente la ruta 23 al sur de la última provincia. Desde este cruce, quedarán únicamente 90 km hasta el Chaltén y sus maravillas. Para este tramo, calculamos que deberemos disponer de unos 6 días aproxidamente. Por supuesto que se podría hacer más rápido, pero sin obligaciones a la vista, esto no se trata de una carrera, si no de disfrutar el camino y respirar ese aire patagónico con aroma a fresca primavera.
Los últimos días los dedicamos exclusivamente a hacer que el auto quedara en condiciones para tamaño viaje. Desde la instalación de cinturones de seguridad; hasta el lijado y pintado de las oxidadas llantas; la colocación de una alfombra y burletes; la puesta a punto de los frenos y las luces; la reparación de un tanque de nafta que dejaba escapar muchas de sus preciadas gotas; y muchos otros detalles de último minuto. Fueron días de poco descanso, de horarios laborales de más de 10 horas, de lidiar con todo tipo de talleres y casas de repuestos, de preocupaciones, de una VTV que no llegaba, de un viaje cuyo espíritu crecía pero su cuerpo tardaba en nacer, fueron de felicidad, de incertidumbre, de amoldarme a Argentina y de pensar en Patagonia. Así fueron los días que pasaron, pero finalmente mañana miércoles 26 de octubre del 2011, emprederemos viaje hacia las rutas salvajes de nuestra amada Argentina, de nuestra amada Patagonia, la que seguro nos recibirá con los brazos abiertos y en la que nos quedaremos estos meses de calor que se avecinan.
Serán días de carpa, días de viento frío ardiendo en las mejillas, días de arroz, de polenta, de fideos, de atún y de todo eso que siginfica un campamento. Días de agua del río, de horarios reglados por el alba y el crepúsculo, días de estrellas infinitas en cielos alejados de las urbes y días de libertad en su máxima expresión, de la ruta recostada insasiable de un horizonte intocable. Finalmente, serán días inolvidables.
¡Allá vamos!



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