San Sebastián es una ciudad pegada al océano atlántico y es prácticamente una puerta al País Vazko en España. Sinceramente, cuando iba en camino, no sabía con qué me encontraría, pero afortunadamente, este hermoso lugar deslumbró mi ser.
Como centro de todo lo que sucede, una bahía dibuja una media luna rodeada de típicas edificaciones, una rambla, y plazas de todos colores. En un extremo, se encuentra el puerto, bañado por verdes aguas atlánticas y hogar de cientos de barquitos y pequeñas lanchas o veleros. El reflejo de las coloridas embarcaciones provoca un efecto Quinquela que invita a sacar miles de fotos desde muchos ángulos. Justo detrás del amarradero de los flotantes de madera, algunos restaurants no muy caros y que ofrecen comidas típicas, parecen ser el nexo perfecto entre el calmo mar y los cerros color planta que se zambullen en el océano.
Corriendo apenas la vista del puerto, se eleva un arco que oculta una peatonal abarrotada de vascos, turistas y muchos más restaurants. Las típicas y estrechas calles que circundan el lugar, le recuerdan a uno cuan lejos está de su hogar y cuan ciertas son las imágenes que se ven en las películas.
Los principales manjares, son calamares, langostinos, paella, gambas, mejillones, y básicamente todo aquello que provenga del mar. Escondidos entre la multitud, también aparecen locales de comida que son como fondas, donde la decoración consta de platos colgados de la pared y decenas de patas de jamón crudo saludando desde lo alto.
Es aconsejable parar un minuto y sentarse en una de esas pequeñas mesas de la calle, para tomar una cerveza y disfrutar de un plato de langostinos a la plancha.
Por si fuera poco lo de por sí hermoso de todo esto, de entre los pequeños edificios y balcones, se alcanza a ver una catedral que pide por favor que le tomen fotografías. Justo al final de estas cuadras, espera al visitante una plaza rodeada por perfectos arcos y más restaurants, esta vez, un tanto más caros, pero sin duda de mejor calidad.
Alejándose un poco de la parte vieja de la ciudad, se puede caminar por otra peatonal, repleta de modernos negocios y locales de conocidas marcas de ropa. Esta última, esta resguardad al fondo por una enorme catedral estilo gótico, cuyo órgano y vitrauxs, de seguro impresionarán a cualquier apasionado del arte.
San Sebastián tiene de todo, renacimiento, modernidad, playa, ciudad, bares, restaurants, y por supuesto, como la mayoría de las ciudades costeras, mucho surf, patines y skate.
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