martes, 4 de octubre de 2011

De Rusia a China en tren

Ese es el tiempo que demora el Transiberiano-Mongoliano en llegar de Moscú a Pekin(capital de China). Subir al tren y hacer el trayecto fue un sueño que se hizo realidad el 09 de agosto del 2011. Llegué a la estación de la capital Rusa y con un calor agoviante, busqué el tablero que indicaba los trenes a partir. Ahi, como si nada, como si fuera uno más, estaba el nombre de Pekin y junto a él, el horario que coincidia con mi billete y la plataforma 4, que esperaba ansiosa su llegada.
Cuando llegó la hora de abordar, me acerqué a la plataforma, y ahi estaba descansando el monstruo de muchísimos vagones verdes, con inscripciones chinas y rusas. Era tan raro, tan simple, tan el transiberiano recostado sobre las vías y yo a punto de subirme, a punto de hacer el check-in en un hotel sobre ruedas.
Busqué mi vagón y cuando quise entrar, me topé con dos guardias Chinos que en un inglés monosílabo, me pidieron que les muestre mi ticket. Lo revisaron, lo sellaron, y se lo guardaron en una pequeña cartera de cuero marrón. Algo confundido por el método, le pregunté a otro pasajero si a él también le habían retenido el billete, y me quedé tranquilo ante su respuesta afirmativa.
Así, con la mochila tirando de mi espalda, me hice paso en el angosto pasillo en busca del asiento-cama número 5. Llegué al camarote y detrás de su puerta corrediza estaba mi hogar, mi sofá, mi silla, mi cama.
Detalles importantes:
Los camarotes son pequeños cuartos con cuatro camas, dos abajo (que tambíén sirven de asiento), y dos arriba plegadas sobre la pared. El pasillo entre los dos asientos tiene unos 70 cm debajo de la ventana, hay una pequeña mesita que servirá como apoya todo, para jugar a las cartas, para comer, para escribir, etc.
El equipaje se puede dejar bajo los asientos o en un compartimiento en la parte de arriba del cuarto.
El transiberiano cuenta con un vagón comedor que no goza ni de calidad, ni de buenos precios; asique en mi mochila llevaba comida para los 6 días de viaje. Por supuesto que no hay cocina abordo, asique la única forma de preparme mis propios almuerzos y cenas, era usando el dispenser de agua hirviendo que está disponible en cada vagón. Mi dieta en el viaje, consisitó de fideos y puré instantáneos, y de carne enlatada del tipo de jamón, atún, salchichas, etc. En mi caso, compré la comida de ante-mano, sin embargo,  la frecuencia de paradas permite adquirir bienes comestibles a lo largo de todo el trayecto.
Con respecto a la bebida, el agua del tren no es POTABLE, asique de tanto en tanto, en esas paradas que realiza cada 3 o 4 horas, es recomendable comprar botellas de agua mineral. Por supuesto que también hay disponible cerveza o cualquier tipo de bebida alcohlica.
Otro punto importante a saber, es que el baño consiste únicamente de un inodoro y un labatorio, asique el que pretenda ducharse en la segunda clase, tendrá que esperar a llegar al hostel/hotel de su destino.
Si hasta ahi sobrevivieron, preparen ropa fresca y cómoda porque en verano la temperatura puede llegar a superar los 35 grados arriba del tren(en algunos trayectos), y por supuesto, el mismo no cuenta con más que un pequeño ventilador por camarote que servirá de alivio esperanzador.
A pesar de pequeños detalles como los antes mencionados, el largo trayecto sobre rieles es una experencia única, conmovedora, repleta de todo, repleta de los más diversos paisajes, repleta de relaciones humanas, de intercambio cultural, de convivencia, de supervivencia. El tren conlleva esa sensación de satisfacción, de viajar al espacio, de navegar por los usos horarios y pasar por zonas del planeta que parecían estar únicamente dibujadas en esos planisferios de la primaria.

Este es un pequeño video de  mis primeros momentos en el tren; se ven algunos detalles sobre el camarote.

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